miércoles, 31 de octubre de 2012

Matias Ramon Mella

(Santo Domingo, 1816 - 1864) Líder de la independencia dominicana. En 1838, dieciséis años después de que toda la isla de La Española fuera unificada bajo el dominio de Haití, Mella participó junto con otros patriotas dominicanos (entre los que cabe destacar a Juan Pablo Duarte y a Francisco del Rosario Sánchez) en la fundación de la sociedad secreta La Trinitaria, con el objeto de derribar al régimen del dictador haitiano Jean Pierre Boyer.
Posteriormente Mella entró en contacto con el líder opositor haitiano Charles Hérard, que a su vez encabezaba el movimiento La Réforme. Juntos consiguieron derrocar a Boyer en 1843, pero inmediatamente Hérard mandó encarcelar a Mella en Puerto Príncipe (Haití).
Sin embargo, en esta misma ciudad estalló una rebelión contra Hérard, quien sólo pudo dominarla con la ayuda de Mella y sus veteranos encarcelados, por lo que en agradecimiento los liberó. Mella y sus seguidores marcharon hasta Santo Domingo, se hicieron con la parte oriental de la isla, de cultura y lengua española, y declararon formalmente su independencia respecto de Haití, así como la proclamación de la República Dominicana, en febrero de 1844. 
Se cuenta que aquella noche del 27 de febrero de 1844, cuando se encontraba reunido con otros conjurados en la puerta de La Misericordia, Matías Ramón Mella atinó a disparar un trabucazo ante la vacilación que amenazaba dar al traste con los propósitos independentistas. «No hay tiempo de retroceder -parece ser que dijo-. Habremos de ser libres o morir, es la consigna. ¡Viva la República Dominicana!» Y enseguida disparó su trabuco. Posteriormente, los patriotas marcharon hacia el baluarte de San Genaro (hoy puerta del Conde), en donde otro patricio, Francisco del Rosario Sánchez, proclamó ante el mundo el nacimiento de la República Dominicana.
Al producirse el Grito de Capotillo (16 de agosto de 1863), ya muy enfermo, Mella ocupó la Vicepresidencia de la República del gobierno de la Restauración. En este cargo se mantuvo hasta su deceso en 1864.

Francisco del Rosario Sánchez

(Santo Domingo, 1817 - San Juan de la Maguana, 1861) Político y líder independista dominicano, considerado uno de los Padres de la Patria. Miembro de «La Trinitaria», sociedad secreta separatista, en 1844 se alzó contra Haití y el 27 de febrero de ese año proclamó la independencia de la República Dominicana.

Francisco del Rosario Sánchez
Hijo de Narciso Sánchez y Olaya del Rosario, recibió de su madre la enseñanza elemental y aprendió el oficio de "peinetero". Luego estudió latín y filosofía con don Nicolás Lugo, estudios que continuaría con el padre Gaspar Hernández, sacerdote peruano emigrado a Santo Domingo y reconocido antihaitiano. 


En este período conoció a Juan Pablo Duarte, quien, junto a otros jóvenes, asistía a las clases del sacerdote. En 1838 se integró en La Trinitaria y pronto empezó a distinguirse por su laboriosidad y decisión. Estas cualidades le permitieron dirigir el movimiento cuando Duarte debió ausentarse debido a las persecuciones desatadas contra él por los haitianos. 

El 27 de febrero de 1844, Francisco del Rosario Sánchez fue el encargado de leer la proclama en el baluarte de San Genaro (hoy puerta del Conde). Luego presidió la primera Junta Central Gubernativa, hasta ser desplazado por Tomás Bobadilla. La razón principal por la que se le reconoce como Padre de la Patria radica, principalmente, en sus méritos como trinitario y en haber leído la proclama que declaraba el nacimiento de la República Dominicana.

Juan Pablo Duarte


(Santo Domingo, La Española, 1813 - Caracas, Venezuela, 1876) Libertador dominicano. Juan Pablo Duarte nació en una época especialmente convulsa de la historia de la isla, ya que en esos momentos la soberanía sobre la misma cambiaba frecuentemente de manos entre España y Francia. En 1822 la isla pasó a ser completamente posesión de Haití, que logró así unificar todo el territorio.
Nacido en el seno de una familia española de origen humilde, a la edad de 15 años fue enviado por sus padres a Inglaterra vía Nueva York para que completase sus estudios; desde allí pasó a Francia y posteriormente a España. En Europa, convulsionada entonces por el romanticismo, el liberalismo, el nacionalismo y el socialismo utópico, se impregnó de los ambientes revolucionarios de la época. Juan Pablo Duarte fue testigo del régimen de libertades y de los derechos que tenían los europeos. Mostró especial interés por las reformas de Cromwell, los cambios producidos en Alemania y en Francia, pero sobre todo los acontecimientos en España y las reformas de la Cortes de Cádiz. En España se sabe que residió en Barcelona, donde es posible que estudiase derecho.
Fue entonces cuando comenzó a perfilarse el ideario político de Juan Pablo Duarte, en el cual el nacionalismo y el liberalismo se fundían sobre un fondo romántico: los dominicanos eran un pueblo con identidad propia, que los hacía dignos de la independencia política. Alcanzada ésta, la nación debía organizarse sobre la base del institucionalismo de la democracia representativa, que a su vez era un fruto del pensamiento liberal. En 1833 regresó a su país dispuesto a llevar a la práctica estas ideas.
Fue en el seno de la clase media urbana donde sus ideas encontraron mayor eco. Para entonces, casi toda la aristocracia y demás grupos dirigentes se hallaban solidarizados con el régimen haitiano, razón por la cual fue imposible obtener, en los primeros años, su cooperación. Al irse ensanchando el movimiento, Duarte comprendió que se hacía imprescindible crear una organización que, siguiendo el modelo de las sociedades europeas de los Carbonarios, asumiera la responsabilidad de dirigir las actividades. Así surgió la sociedad La Trinitaria, cuyo objeto era liberar al país del dominio de Haití. El lema de esta sociedad fue: "Dios, Patria y Libertad". Luego surgió la sociedad La Filantrópica, que realizó una importante labor de propaganda mediante la representación de piezas teatrales.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Acróstico a Juan Pablo Duarte

Joven valiente, de gran nobleza,
Un Dominicano muy especial,
Ahora y siempre recordaremos...
Nos devolviste... ¡La Libertad!

Patriota ilustre de aquellos tiempos.
Atesoraste gran ideal.
Bondad, entrega y gran coraje,
Lo necesario para triunfar,
Ofrendaste a tu patria, Libertad

Durante un tiempo creeció la idea,
Uniendo a otros en tu ideal.
A un grupo de hobres les hablaste y dijiste,
Rompan las cadenas que nos aten.
Tenias en mente, ser libre e independiente
Escapar de los años de opreción.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Poesia a homenaje Juan Pablo Duarte

                                                     Himno
Por la cruz, por la patria y su gloría denodados al marchemos: si nos niega el laurel la victoria,del martirio la palma alcancemos.
Del inicuo en el alma no cabe por la patria el aliento rendir, pero el hombre virtuoso bien sabe que por ella es honroso morir.

El esclavo soporta su suerte aunque oprobia su triste vivir; pero el libre prefiere la muerte al oprobio de tal existir.
Pueda, pueda ese mísero esclavo sin honra y sin patria alentar, que el libre, el honrado y el bravo a la patria sabrán libertar.

Los que queden, patricios hermanos nuestros restos sabrán inhumar, y los restos de tantos hermanos como buenos harán respetar.
Los que queden dirán a sus hijos: aquí, hijos, supieron morir por nosotros, y en cantos prolijos nuestros nombres se oirán repetir.

Los que queden sabrán diligentes nuestros hechos gloriosos narrar, y las glorias de tantos valientes nuevos hechos impulsar.
Los que queden, del patrio cruzado, los ejemplos sabrán imitar, y la sangre del patrio soldado sus hermanos sabránla vengar.

A la Patria vendiendo al León fiero iscariote pensó encadenar: pero el Dios que profana el ibero las cadenas le impulsa a quebrar.
Adelante, patricio constante, por la patria a vencer o morir: es infame quien dude un instante que sin patria es mejor no vivir.
                                                                                       Juan Pablo Duarte

http://www.educando.edu.do/index.php?cID=107868

Himno a Duarte

En la fragua de la escuela
nuestra patria fue forjada,
y al calor  de tu enseñanza
le infundió vida sagrada.

La gloriosa Trinitaria
que fundara tu heroísmo
fue la cátedra primera
de moral y de civismo.

Fuerza era que un maestro
preparara la conciencia
donde habría de nacer
la soñada independencia.

Y es así como cantamos
tus virtudes allá el estro,
junto al Padre de la Patria
la figura del Maestro.

En la escuela se te honra
por tus hechos sacrosantos
en las letras y las notas
encendidas de sus cantos.

Y al honrarte recordamos
tu patriótico heroísmo,
es el prócer y el maestro
que los dos son uno mismo.

La Bandera dice Patria
y al decirlo se revela
que el alma del maestro
señalándonos la escuela.



Letra: Ramón Emilio Jiménez
Música: José de Jesús Ravelo.